Hoy en día, la comunicación de las ciencias establece una relación directa con el público, permitiendo que las personas se estén al día en cuanto a avances científicos. Además, esta información es de gran impacto en la vida de todos desde que la ciencia es algo que se ve y se utiliza en el diario vivir. De una manera u otra, esta permite conocer la veracidad de ciertos temas que generalmente son críticos y presentan dudas que requieren evidencia alguna. Sin embargo, la manera en la que estos datos se transmiten al público debe ser muy meticulosa, viable y fidedigna para brindar total confianza a quienes deben y quieren acceder a estos remarcables hallazgos.
Por otro lado, no son solo los periodistas científicos los que tienen responsabilidad sobre la información que brindan; el público también desempeña un rol fundamental en la divulgación de las publicaciones que obtiene. La variedad de avances tecnológicos, en cuanto a las aplicaciones utilizadas como medio de comunicación (redes sociales), trae tanto beneficios como inconvenientes para el intercambio de un tema como es la ciencia, sus avances y descubrimientos.
¿Qué influencia tiene la ética en la manera en que se determina si una información es viable o no?
En la comunicación de la información, desempeña un papel importante la responsabilidad hacia la credibilidad y el manejo de la información a divulgar a la sociedad por parte de los periodistas, los intermediarios, los propios investigadores y los transmisores del conocimiento a la sociedad. Por ende, la ética representa un papel importante al momento de hablar de comunicación de la ciencia debido que la información puede ser manipulada o expresada de cierta forma para el público o es posible que la sociedad la vea desde un punto de vista en específico, por motivos personales y ajenos al ejercicio de publicar el conocimiento científico a la sociedad.
También, la competencia entre los centros de investigación ejerce influencia en el estado de la comunicación de eventos que aún no se han logrado desarrollar. Por consiguiente, la prensa, la radio, la televisión y las fuentes de información virtuales son un gran potencial de manipulación pero que sea un gran potencial no significa que esto sucede en todas las fuentes de la información científica o tradicional. Para ello toda información debe tener verdad, transparencia y confianza.
¿Cómo es el flujo de información entre científicos, periodistas y la sociedad?
La comunicación de las ciencias tiene un modus operandi basado y enfocado en cuatro factores: los científicos, periodistas científicos, los oficiales de prensa y la sociedad. Existe una comunicación bilateral con los científicos, los periodistas científicos y los oficiales de prensa, que se convierte en un triángulo de información en el que todos le aportan a todos con objetivo de que la sociedad termine informada de una manera correcta. Los científicos tienen una comunicación interna entre ellos mismos y tienen, institucionalmente vinculada, una comunicación externa con la sociedad y con los oficiales de prensa. Los periodistas científicos son los que, por así decirlo, crean el periódico científico y los oficiales de prensa crean la cadena de comunicación con la sociedad. Si en este triángulo de información llega a faltar uno de los cuatro factores, la información no se comunicaría de una manera correcta o no se comunicaría en absoluto.
La desinformación en las redes sociales es un problema masivo para la comunicación en general, el cual puede simular ser una enfermedad en la sociedad. Según Tedros Adhanom, Director General de la OMS (Organización Mundial de la Salud), el elemento más peligroso del coronavirus es la desinformación impartida por las personas en redes sociales. Debido al peligro que esto puede causar, la OMS ha tenido que trabajar con empresas digitales dueñas de aplicaciones de redes sociales y motores de búsqueda tales como Facebook, Google, Tiktok, Twitter, Pinterest y muchas más. De esta manera, se muestra el lado positivo en el que se pueden utilizar las redes sociales para comunicar una información veraz y aprobada por ciertas entidades conocidas por brindar calidad y confianza en la asesoría médica o científica, brindada por expertos hacia el público, logrando aclarar malos entendidos, desinformación y, sobre todo, desmentir falsos acontecimientos y teorías que no están comprobadas científicamente. Esto generalmente le da un alto grado de validez a la información dada.
¿Bajo qué criterios se determina si un artículo o información de la ciencia es apto para ser publicado?
Para la publicación de artículos científicos, estos pasan por una serie de revisiones donde deben cumplir con ciertos criterios. Según Andrés Rodríguez Seijo, doctor en Ecosistemas Terrestres, Uso Sostenible e Implicaciones ambientales por la Universidad de Vigo, sugiere que en los artículos se busca una historia que se tiene que vender, que sale por medio de unos resultados y así se va creando poco a poco la historia. También se busca la emoción del envío, donde al enviar el artículo a la web de una revista incluyendo con el cumplimiento de las normas el editor de la revista, busca de dos a cuatro revisores antes de publicarlo. Además, los escritores deben contar con una espera, en la que la revisión dura de 15 días a tres meses para que, ya una vez sea revisado, este sea apto para su publicación.
No obstante, hoy en día podemos encontrar en la tecnología una herramienta que es usada por un gran porcentaje de la población para diferentes propósitos. Entre estos se pueden encontrar las noticias científicas, ya sea por medio de aplicaciones, cadenas de mensajes o la búsqueda voluntaria en internet. Es ahí donde la responsabilidad que tiene cada individuo de creer o no lo que observa en las pantallas. Hay que resaltar que, aunque esta sea una herramienta efectiva, fácilmente se convierte en un arma de doble filo, donde muchas veces se da información falsa que puede causar efectos negativos en la persona que lo lee y con quien esta la comparta. De tal manera que se vuelve un conflicto que gira entorno a la sociedad.
¿Cómo identificar si una información es viable y verídica?
Se debe tener en cuenta diferentes criterios para aceptar la información que se recibe o poner en duda lo que se dice e indagar un poco más. Como individuos, muchas veces se cree lo primero que se lee y se acostumbra a confiar plenamente en las noticias o diferentes artículos e incluso se comparten sin saber si la información plasmada es real o no. Se puede ver un claro ejemplo hoy en día en relación con las noticias que han sido publicadas acerca del coronavirus y que muchas veces se envían a través de las redes sociales, causando pánico o una verdad falsa en la sociedad. Cuando se advierte que las noticias oficiales del país o ya sea del ministerio de salud, a pesar de que no se está obligado a tomar ciertas novedades como verdad, son fuentes fiables y recomendadas para tener una información apta, segura y confiable.
Ante la situación del Covid-19, una de las organizaciones oficiales, como el Ministerio de Salud de Colombia, informa los avances que se han encontrado ante esta pandemia y cómo cambian las tasas de mortalidad a través de su página web recomendando ciertos puntos para que, a la hora de recibir información, el lector esté en la capacidad de reconocer qué es verdadero y qué no al leer otra información por medio de una red no segura. Por ejemplo:
1. Verificar la fuente de información. Estas deben ser de las autoridades o entidades del gobierno o entidades expertas a nivel global.
2. Revisar que la información correspondiente sea aprobada por entidades mencionadas en el primer punto.
3. Analizar quiénes (médicos, políticos, expertos) brindan su opinión y argumentos.
4. Revisar fechas para nuevas actualizaciones en cuanto al tema tratado.
5. Comprobar la veracidad de la información dada con referencias externas.
Es importante que se tenga en cuenta estos puntos, porque es ahí cómo se presenta la responsabilidad social consigo mismo y con las demás personas. Incluso se puede decir que esto es un círculo donde varios factores influyen en los actores involucrados (científicos, periodistas, sociedad).
La gran misión de la comunicación científica recae entonces en “permear” la mayor cantidad de niveles sociales posibles con un excelente nivel de veracidad, para así no solo brindar información confiable a un selecto grupo de personas, sino que el brindar esa información universal. Para esto, es de vital importancia el paso de la información por una serie de filtros que garanticen todos los criterios pertinentes para clasificar la información como científica y que el público general la reciba con total confianza.
Publicado: 15/04/2020
Autores: Manuel Luna, Gabriela Hodwalker, Jesus Lopez, Valentina Hoenigsberg y Moisés Lacouture.
Profesor asesor: Oscar E. Hernández B.
Asignatura: Comunicación de las ciencias