Desde el comienzo de la crisis mundial debido a la COVID-19, se han generado cambios radicales en nuestro diario vivir y en lo que concierne a nuestros planes a futuro. Toda acción produce una reacción, es por eso que todos estos cambios nuevos que vivimos generan consecuencias inevitables. A pesar de que nuestro organismo y nuestra mente están preparadas para adaptarse al cambio, algunas personas se adaptan con facilidad. La ansiedad es ese pilar que nos anticipa al cambio, es aquello que nos dice que vendrá algo a futuro para lo cual creemos no estar preparados y que deberíamos, por lo tanto, empezar a tomar actitudes para el proceso de adaptación. Estas actitudes las hemos tomado automáticamente en muchas ocasiones y en diversas situaciones como soluciones factibles para dicha adaptación. Pero ninguno de nosotros había afrontado antes una pandemia, ni la correspondiente gran cantidad de información, que de una u otra manera en lugar de ayudarnos nos ha generado incertidumbres
La ansiedad se considera una emoción universal, y, en ocasiones, puede ser difícil identificar el punto en el que se convierte de normal a patológica, es decir en una enfermedad llamada (trastorno de ansiedad).
Relación entre ansiedad y miedo
En ocasiones, se suele confundir el significado de ansiedad y miedo debido a que estos están ampliamente relacionados. En primer lugar, es importante aclarar que la ansiedad es un sentimiento intenso de preocupación y miedo ante situaciones cotidianas que cada persona debe enfrentar, es una emoción básica normal y necesaria para la supervivencia individual . Según la Asociación Psiquiátrica de América Latina (APAL) el miedo generalmente se considera un precursor de la ansiedad patológica y el desarrollo de un trastorno de ansiedad. En su estado normal, el miedo motiva a estar a defensiva y puede traer consigo comportamientos agresivos, que se consideran de acercamiento a la ejecución de acciones que busquen la huida o el escape, consideradas como respuestas adaptativas para evitar el peligro.
Cada situación de ansiedad empieza por algo muy común que es el miedo, que se asocia a menudo con una sensación de colapso inminente. Esto tiene un efecto en los circuitos cerebrales que permite que el individuo pueda aumentar la capacidad de tomar decisiones a la hora de enfrentar una amenaza o situación de riesgo. A pesar de esto, cada individuo tiene su propia reacción al miedo, que muchas veces trae consigo consecuencias negativas cuando no se puede controlar o no puede ser canalizado de la manera adecuada. Esto puede ser causal de trastornos de ansiedad. Una de las diferencias clave entre el miedo, considerado normal, y la ansiedad patológica es que el miedo es específico de una señal (tiene un comienzo y un fin) y la ansiedad surge o flota libremente sin tener un punto de llegada específico, que denota una crisis crónica en el individuo.
La situación actual de la pandemia por la Covid-19, además de ser una crisis humanitaria y de salud pública, es una crisis de miedo. Las noticias y mensajes en los diferentes medios de comunicación como las redes sociales parece ser un generador de miedo y crisis de ansiedad, que en varias ocasiones debe ser medicada y tratada a tiempo por expertos. No solo se está luchando contra un virus, que no se puede ver, sino también contra el exceso de información, en su mayoría falsa, que lo que hace es desinformar y llenar de miedo, y angustia a un gran porcentaje de la población.
¿Qué tan común es la ansiedad?
Según la Organización Mundial de la Salud los trastornos de ansiedad son la segunda enfermedad mental más común con un total de 260 millones de personas que la padecen en el mundo. Esta patología puede afectar negativamente la calidad de vida de un paciente e interrumpir actividades importantes de la vida diaria.
La siguiente imagen ilustra la distribución de los casos de ansiedad en el mundo.
Fuente: Organización Mundial de la Salud
Algunos consejos prácticos para identificar y reducir la ansiedad
Aprender a sobrellevar la ansiedad, permitirá que desarrollen una mayor capacidad de adaptación.
El estrés y la ansiedad puede llegar a provocar:
- Sentimientos de temor, enojo, tristeza, preocupación, entumecimiento o frustración
- Cambios en el apetito, los niveles de energía, deseos e intereses
- Dificultad para concentrarse y tomar decisiones
- Dificultad para dormir o pesadillas
- Reacciones físicas como dolores de cabeza, dolores corporales, problemas estomacales y sarpullido
- Agravamiento de problemas de salud crónicos
- Agravamiento de problemas de salud mental
- Mayor consumo de tabaco, alcohol y otras sustancias
¿Cómo se pueden contrarrestar o reducir los efectos del estrés y la ansiedad durante esta pandemia?
Es normal sentir estrés, ansiedad y angustia durante una pandemia, pero hay maneras para contrarrestar o reducir sus efectos. La Organización Mundial de la Salud presenta las siguientes formas de ayudar y ayudarse:
- Hágase un tiempo para relajarse y respirar
Respirar de manera pausada es una de las mejores formas de reducir el estrés, ya que tu cerebro recibe la señal de que el cuerpo tiene que relajarse. También se recomienda buscar espacios para realizar actividades de su interés evitando pensar en eso que estresa. Entre estas, salir a caminar, cocinar o realizar actividades cotidianas
- Comunicarse con otras personas, acérquese emocionalmente a ellas
Hablar con personas en las que confías puede ser de gran ayuda. Mantente en contacto con tus más allegados, cuéntales cómo te sientes y comparte tus preocupaciones con ellos siempre manteniendo la honestidad y aceptando que se tiene un problema.
- Sé amable contigo y con los demás
En días complicados, no te exijas demasiado. Acepta que hay días en los que tu productividad es mayor que en otros.
- Invertir 5 minutos en valorar la naturaleza puede reducir la ansiedad y bajar la tensión arterial
Pasar tiempo en la naturaleza puede ayudarlo a aliviar el estrés y la ansiedad, a mejorar su estado de ánimo y a potenciar los sentimientos de felicidad y bienestar. Los seres humanos evolucionaron al aire libre y un viaje de regreso a la naturaleza proporcionará beneficios a su cerebro.
- Pida ayuda a un experto cuando la necesite
No dudes en buscar ayuda profesional si crees que la necesitas. Puedes empezar por hablar con tu médico, ya que los tratamientos psicoterapéuticos y la terapia cognitivo-conductual se han estudiado ampliamente y se cuenta con una amplia base de pruebas y tratamientos para reducir los síntomas.
La Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE) de la OMS y el Manual de diagnóstico y estadístico de trastornos mentales de la APA (DSM) evidencian que la ansiedad es un fenómeno común, que se ha incrementado debido a la situación de salud pública en la cual hoy nos encontramos. Un estudio demuestra que un gran porcentaje de la población tiene un trastorno de ansiedad en algún momento durante sus vidas, debido a las condiciones culturales y los factores externos de la sociedad.
Hace más de un año que empezó la crisis de salud pública y estamos en la entrada de lo que sería una nueva ola de las enfermedades mentales, en este caso los trastornos de ansiedad, que invitan y sugieren a que la población se encuentre informada y actualizada frente a los estudios científicos que se han hecho alrededor de estos temas.
Autores : Gabriela Méndez , Isabella Visbal y Jorge Riaño
Profesor Asesor : Oscar E. Hernández B.
Comunicación de las Ciencias