Para nadie es un secreto que la tecnología está abarcando cada vez más ámbitos de nuestra vida cotidiana. Consideramos que esto se debe a la necesidad humana de buscar eficiencia en los procesos y facilitar todas nuestras actividades. Con el tiempo, hemos presenciado varios cambios significativos que estas herramientas tecnológicas han generado, marcando un antes y un después en la sociedad. Entre estas tecnologías se encuentra la inteligencia artificial (IA), que se puede definir como “la capacidad de una computadora para realizar acciones que normalmente requieren de la inteligencia humana” (Rouhiainen, 2018, p. 17). Aunque el término de inteligencia artificial no es nuevo, su presencia ha crecido significativamente en los últimos años debido a su aplicación en diversos campos como la salud, el trabajo y la educación.
En el ámbito educativo, la inteligencia artificial abre oportunidades para cambiar las formas de trabajo actuales, ya que se están incorporando nuevas tecnologías educativas como los entrenadores inteligentes, los sistemas de gestión del aprendizaje y los videojuegos (Rouhiainen, 2018). Estas herramientas permiten un cambio de perspectiva y ofrecen nuevas formas de satisfacer las necesidades esenciales para el desarrollo integral de las personas, como la educación.
De acuerdo con un trabajo escrito por Raúl Moreno en 2019, titulado “La llegada de la inteligencia artificial a la educación”, existen varios ejemplos de aplicaciones de la IA en el sector educativo. Estos incluyen la personalización del aprendizaje, la automatización de tareas administrativas, una mejor eficiencia en la investigación, asesorías virtuales sin intervención humana y sistemas de apoyo para el diseño de materiales didácticos personalizados. Gracias al uso de la IA, los alumnos recibirán ayuda en las materias o temas que así lo requieran, y los docentes tendrán mayor capacidad para identificar y observar las dificultades de los estudiantes, así como medir su rendimiento de manera simplificada y en un menor tiempo (Moreno, 2019). De este modo, los profesores podrán enfocarse en crear estrategias para abordar las dificultades de sus alumnos y facilitar su proceso de aprendizaje, para así lograr un mejor desempeño en sus actividades académicas.
En el artículo titulado “Aplicaciones de la inteligencia artificial en la educación” de la red Colombia Aprende, se destaca que uno de los mayores impactos de la IA en la educación es su capacidad para personalizar el aprendizaje y satisfacer las necesidades individuales de los estudiantes. Los sistemas de IA pueden analizar datos relevantes, como el desempeño en pruebas y exámenes, de modo que permita adaptar los contenidos curriculares (temas que se enseñan en clases) a las necesidades y preferencias de cada estudiante. Esto significa que los estudiantes pueden aprender a su propio ritmo y enfocarse más en los temas que necesitan mejorar.
Además, la IA puede proporcionar retroalimentación inmediata a los estudiantes, lo que mejora su comprensión de los contenidos temáticos. Los tutores virtuales basados en IA pueden responder preguntas de los estudiantes y ayudar a identificar áreas de dificultad. Esto también libera tiempo para que los educadores se centren en la enseñanza y la interacción social y emocional con sus estudiantes.
Sin embargo, como señalan Sánchez y Lama en su artículo “Tecnología de inteligencia artificial en la educación”, no podemos ignorar el hecho de que pasar demasiado tiempo usando programas de IA puede tener un impacto negativo en el desarrollo de las habilidades sociales y emocionales como la empatía, el trabajo en equipo y la resolución de conflictos (Sánchez & Lama, 2007). Por lo tanto, es esencial que los maestros guíen y supervisen de manera continua a sus estudiantes en el uso adecuado de la IA. Cabe destacar que para lograr esto, el sistema educativo necesita contar con profesores que estén capacitados en el tema y se mantengan actualizados con los nuevos avances.
En conclusión, la inteligencia artificial ha revolucionado la educación al ofrecer nuevas formas de aprendizaje y automatizar tareas administrativas, entre otras ventajas. De esta forma, se consiguen mejoras en la eficiencia del aprendizaje y el rendimiento de los alumnos, demostrando su gran potencial para transformar la forma en la que se enseña y se aprende. Sin embargo, es necesario encontrar un equilibrio entre la tecnología y el desarrollo integral de los estudiantes para evitar efectos negativos en el desarrollo de habilidades sociales y emocionales.
Autores: Gissel Hernández, Valeria Díaz, Laura Manjarres
Profesor Asesor: Oscar E. Hernández B.
Comunicación de las Ciencias