Desde la antigüedad, los animales domésticos nos han acompañado en diferentes momentos de nuestras vidas y han contribuido al desarrollo y al avance de la sociedad. Varios autores, indican que en el pasado existían grupos de cazadores y recolectores que se encargaban de domesticar animales y cultivar los frutos, poniendo en evidencia el importante lazo que existe entre los animales y los seres humanos.
Hechos como el anterior, son un ejemplo de la forma en que los animales domésticos influyen en nuestras vidas, no solo haciéndonos sentir mejor a través del afecto que nos brindan, sino también apoyándonos en diferentes actividades como la caza, la detección de bombas y sustancias psicoactivas, el diagnóstico de cáncer de pulmón, en el rol de lazarillo, etc.
Actualmente, nos encontramos ante el desenlace de una pandemia en la que no sólo ha habido un contagio masivo, sino también se ha visto afectada la salud mental de muchas personas en el mundo, desencadenando experiencias de angustia, ansiedad, estrés e incluso depresión.
Para minimizar el riesgo o prevenir enfermarse con COVID-19, tuvimos que alejarnos físicamente de los otros mediante el distanciamiento social y el confinamiento durante varios meses. Esto trajo como consecuencia la agudización de los problemas económicos y familiares, dejando secuelas tanto a nivel físico como también a nivel emocional. Son experiencias que nunca podremos olvidar.
La pandemia por la COVID-19 también trajo como consecuencia el que valoremos aún más la importancia de la compañía de las mascotas, pues mediante su afecto y apoyo podemos reducir o evitar los efectos nocivos que dejan ciertas situaciones en nuestra salud mental.
A continuación, se explican los beneficios que trae el estar acompañado de mascotas y cómo su adopción ha contribuido y promovido el bienestar en los seres humanos en tiempos de pandemia por la COVID-19.
¡Tener una mascota es de gran importancia para nuestras vidas!
Varios autores, han afirmado que las mascotas contribuyen a la realización de ejercicio físico dentro del hogar, por ejemplo, cuando las personas optan por sacar a pasear a sus mascotas o juegan con ellas. Esto, a su vez, contribuye a la solución de problemas de salud como la obesidad, la insuficiencia cardíaca y el sedentarismo, entendido como la falta de actividad física.
Asimismo, cabe resaltar entre los beneficios de tener mascotas que el interactuar con estas provoca o promueve respuestas fisiológicas que influyen positivamente en el mejoramiento de nuestro estado de ánimo y, por lo tanto, hasta en la toma de decisiones.
En forma detallada, ¿cómo surgen estos cambios fisiológicos por la tenencia de mascotas?
A partir de las interacciones con nuestras mascotas, en nuestro cerebro se elevan los niveles de hormonas como la oxitocina. Ésta hormona, según estudiosos del tema es “la hormona que todos utilizan y que pocos conocen”, es una hormona que nos aporta una sensación continua de afecto y confianza. Por ejemplo, es producida en el organismo humano cuando una madre está junto a su bebé recién nacido o cuando llegamos a casa y somos recibidos de manera muy afectuosa por nuestra mascota.
En el ámbito social y psicoafectivo se ha demostrado que las mascotas pueden ayudar a que nos sintamos mejor. En un estudio acerca del impacto de la adopción de una mascota en las percepciones de bienestar físico y emocional, se demostró que la adopción de mascotas impactó significativamente en diversos aspectos de la vida de los participantes, tales como la empatía, las actitudes de ayuda y la integración social, entre otros.
Lo anterior nos permite entender un poco más acerca de cómo las personas que fueron diagnosticadas con COVID-19, durante el confinamiento obligatorio, pudieron mejorar sus estados de estrés y sensación de agobio, solo con la compañía de sus mascotas.
El rol de las mascotas en un escenario tenebroso
Entre los aprendizajes más valiosos adquiridos durante la pandemia por la COVID-19, se puede resaltar el valorar con mayor intensidad los espacios en donde compartimos con nuestros amigos y familiares, aun durante experiencias dolorosas como la muerte de familiares y las rupturas amorosas.
Es importante tener en cuenta que además del riesgo que representaba contagiarse, el confinamiento acentuaba experiencias como el estrés, la ansiedad y la depresión, perturbando nuestra tranquilidad. Sin embargo, como lo expresan algunos académicos, las mascotas pueden promover sentimientos de alegría, felicidad, alivio de las tensiones y disminución de sentimientos de soledad, siendo las mascotas un apoyo consuelo en momentos difíciles. Es así como, las mascotas influyen de una manera positiva en nuestro bienestar emocional durante los momentos difíciles.
Por ejemplo, si alguno de nuestros seres queridos fallece y mantenemos una relación cercana con nuestra mascota, probablemente nos sentiríamos más reconfortados si nos desahogamos junto a ella, que si estuviéramos aislados
Algunos autores evidencian el nivel de apego significativo de las mascotas y cómo éstas son sinónimo de compañía para las personas, sobre todo para las divorciadas, para las que viven solas, para los viudos y viudas, para las parejas sin hijos y para los recién casados. En el caso de una persona que vive sola, las mascotas toman un papel similar al de un humano, volviéndose su compañero y mejor amigo. Es así como el lugar que ocupa una mascota en la familia en definitiva es fundamental, pues logran brindar beneficios y satisfacer algunas necesidades que ni siquiera las personas pueden ofrecer.
En general, al abordar todos los beneficios o ventajas que se pudieron encontrar al adoptar una mascota en tiempos de pandemia por la COVID-19, se busca promover esta práctica en función de alcanzar el bienestar, es decir, sentirnos mejor y con ello contribuir de forma positiva a nuestros los estados de salud física, psicológica y social.
Se puede destacar que nuestros peluditos son más que mascotas, son una compañía fundamental para hacer nuestras vidas más felices, placenteras y estables. Esto cobra aún mayor importancia al hacer frente a experiencias emocionales traumáticas, como por ejemplo las medidas de protección de la salud pública como el aislamiento y el confinamiento, las cuales eran fuente de estrés, ansiedad, depresión e incertidumbre de cara al futuro.
No obstante, no se trata de pensar en las mascotas como elementos útiles para nuestro beneficio, sino considerarlas como seres sintientes, las cuales necesitan que nos responsabilicemos por velar, asegurar y garantizar su bienestar dentro de cada uno de los espacios donde estén en interacción con nosotros y, con ello, proporcionarles la mejor calidad de vida.
Autores : Jose Brito, Priscila Mendoza, Angellys Mendoza, Loraine Rodríguez, Yelson Santamaria
Profesores Asesores : Oscar E. Hernández B. y Laura Posso M.
Comunicación de las Ciencias