No todo es color de rosa para la naturaleza en medio de la pandemia

No todo es color de rosa para la naturaleza en medio de la pandemia

No es un secreto que el mundo empezó a tener un rápido crecimiento a partir de la segunda mitad del siglo XIX. Uno de los sectores que más se expandió fue el industrial, que si bien fue un momento remarcable para la economía mundial, también trajo consigo consecuencias negativas tipo ambientales, debido a que con el establecimiento de más industrias, los niveles de contaminación tuvieron un aumento sin precedentes.

En la actualidad, la mayoría de las personas han olvidado que, antes de la emergencia sanitaria por la COVID-19, el planeta ya vivía una crisis eco-ambiental provocada por la contaminación excesiva y la explotación desmedida de los recursos naturales, que poco a poco han ido causando daños irreversibles en todo el planeta.

Esto lleva a plantear la pregunta: ¿cómo ha afectado la emergencia sanitaria a los constantes problemas de contaminación y cambio climático que ya veníamos viviendo?

Para entrar en contexto, se deben entender los factores que afectan en mayor medida al cambio climático. En un documento desarrollado por el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales de Colombia, se expone que uno de los principales factores en el cambio climático son los gases de efecto invernadero, exponen Benavides y León (2007), autores de dicha tesis.

El efecto invernadero provoca que parte de la radiación del sol, que es reflejada por la Tierra, no pueda ser expulsada hacia el espacio exterior y, por lo tanto, nuevamente es reflejada hacia a la tierra, la cual absorbe la radiación, calentando así aún más. Esto se debe a la presencia de gases de efecto invernadero.

Recuperada de https://www.diario.eco/por-que-esta-cambiando-el-clima-que-es-el-efecto-invernadero/

¿Cuales son estos gases de efecto invernadero?

Los principales gases de efecto invernadero son el dióxido de carbono (CO​2),​ el metano (CH​4)​ y el vapor de agua (H​2O)​. Estos gases provienen principalmente de las emisiones de vehículos de transporte, de las fábricas y las industrias, de la ganadería y de la evaporación de mares, lagos y ríos.

¿Cómo ha afectado la crisis sanitaria a la emisión de los gases anteriormente mencionados?

Según un artículo publicado por la BBC, durante los primeros meses de la pandemia se presentó una disminución histórica en los niveles de CO​2, la cual ronda entre 2000 y 8000 millones de toneladas que no serán emitidas hacia la atmósfera. Sin embargo, esto solo es un efecto temporal, asegura Serrano (2020), autor de este artículo.

También afirma que esta disminución supera incluso a las vividas durante la Primera y Segunda Guerra Mundial, la Gripe Española y la Gran Depresión por mencionar algunos grandes eventos históricos, siendo así una notable ventaja a rescatar de este confinamiento mundial.

¿Qué nos depara el futuro?

A pesar de las buenas nuevas que trae la ausencia humana sobre la naturaleza en estos meses, esta no deja de experimentar fenómenos que traen consigo resultados negativos que amenazan su futuro y el del ser humano. Recientemente, Thurber, Seabrook y Welsh (2020) publicaron un artículo en The Royal Society, dando a conocer el descubrimiento de la primera fuga de metano detectada en el fondo marino de la Antártida.

Esta fuga de gas supone un impacto muy severo en el medio ambiente y en las aguas del lecho marino donde fue detectado, y cuya razón principal aún es desconocida. Bien se podría suponer que se debe a un daño como consecuencia de alguna explotación humana antigua o simplemente un proceso biológico natural e inevitable.

Fondo marino de la Antártida, tomado de The Royal Society.

Apoyándose en la segunda proposición, los científicos expresan que el origen de este gran almacenamiento de metano es consecuencia de las algas en descomposición que se encuentran enterradas en el lecho marino, las cuales podrían tener miles de años.

Las grandes cantidades de gases que escapan por esta fuga, suponen un alarmante incremento en las brechas de la capa de ozono. Esta fuga podría crecer con el calentamiento de las aguas debido al cambio climático, asegura Vives (2020), quien también publicó un artículo acerca de esto en la revista virtual La Vanguardia.

Este preocupante panorama ha encendido las alarmas en todo el mundo, debido a que esta gran cantidad de metano que escapa al medio ambiente, es un factor que acelera la crisis ambiental global e impulsa el efecto invernadero.

Es importante saber que, si bien, esta pandemia trajo consigo grandes beneficios para el medio ambiente, hay que tener presente que siempre habrá fenómenos naturales que responden al ciclo natural del planeta y puede que resulte en un deterioro del cual no estamos seguros hasta qué punto llegará, pues nada es infinito en este mundo. Un ejemplo de ello es la filtración del metano en la Antártida que se supone es algo “natural”, pero, como se mencionó, no se sabe a ciencia cierta su verdadera causa.

Por ello, es vital tener presente que nuestras acciones repercuten en la aceleración de este proceso, y no es algo desconocido el saber que somos los principales responsables del conocido efecto invernadero.

Por lo anterior, vale la pena extender la invitación a ser conscientes, ser educados respecto al tema y a tomar iniciativas que permitan reducir en lo posible todo aquello que hasta ahora ha contribuido a la crisis ambiental, pues los daños son irreversibles, y de ello dependen la preservación de nuestras generaciones futuras y por ende de la raza humana.

 

Publicado: 15/11/2020
Autores:Paula Avilez, Kamila Hernández, Miguel Reales, Ricardo Serrano y Michelle Soto
Profesor asesor: Oscar E. Hernández B.
Asignatura: Comunicación de las ciencias